Teotihuacan, una de las mayores ciudades de Mesoámerica durante la época prehispánica, dista 45km de la ciudad de México y la recorrimos con asombro. Pudimos disfrutar el caminar por esas extensas avenidas que te llevan a impresionantes pirámides, que nos hacen imaginar la vida diaria en ese sitio.
Subir las escaleras que te llevan a la cima de las pirámides es algo extrañamente fuera de lo común, demandando bastante esfuerzo, pero de allí se ve la totalidad de la ciudad de los dioses.
Cerca de allí, pudimos disfrutar del increíble espectáculo de los voladores, hombres que siguen las antiguas costumbres. La ejecutan cuatro danzantes que representan los cuatro puntos cardinales, y se van arrojando al vacío atados por una cuerda a la cintura, desde 20mts.de altura. La fertilidad se representa mediante el descenso de los danzantes, que simbolizan la caída de la lluvia, todo eso acompañado por un tambor y una flauta con la música de los antiguos aztecas.
Exhaustos pero felices, buscamos algo que nos repusiera fuerzas, y para nuestra sorpresa hallamos una cueva, transformada en restaurante: La Gruta. Allí pudimos disfrutar , no solo las comidas mexicana, sino también bellísimos bailes típicos.