Camino a Manuel Antonio, recorrimos caminos de ripio, por bellas montañas cubiertas de verde. Pasamos por un Orquideario donde pudimos ver como se cultivan estas maravillosas y frágiles flores que se exportan a todo el mundo. Cruzamos por un puente desde donde se veía un río plagado de grandes cocodrilos. Llegamos a su reserva donde apreciamos sus monos disfrutando de una libertad envidiable y navegamos avistando ballenas por sus costas de aguas tropicales.
Un viaje de maravillas, toda la variedad de una vida salvaje conviviendo con los humanos sin atacarse unos a otros. Para volver...